Las nuevas tecnologías en el mundo de la información nos marcan los pasos, las pautas, y si se quiere incluso las direcciones a emprender.  Ello resulta claro, evidente y esclarecedor de lo que este presente-futuro nos deja ver.

Hace escasamente cinco años, eran pocos los que creían en la fuerza y empuje de Internet y de las redes sociales en el mundo comercial;  hace poco más de cinco años, no existían tantos locales comerciales en oferta de alquiler que hoy se encuentran cerrados, a la espera de que algún verdadero emprendedor, valiente por demás, sea capaz de iniciar una actividad poniendo por delante un soberbio capital para simplemente tener las llaves de un local, del que no sabe si habrá acertado o no después de invertir sus ahorros. 

En la actualidad, la apertura de establecimientos  off line, aunque naturalmente sigue  produciéndose, es ciertamente mucho menor pues se requieren otras muchas necesidades emparejadas a ello,  un capital muy importante, obras y acondicionamientos, altas de actividad, licencias de apertura , y demás pasos ante las diferentes administraciones, y en muchos casos suponen claros obstáculos.

Para empezar hagamos una pequeña reflexión o análisis  ¿cuanto tiempo es el que se tarda en iniciar una actividad comercial? El Banco Mundial, a través del Proyecto Doing Business y sus estudios estadísticos evidencia lo siguiente por poner un ejemplo:

EEUU: 6 días
Noruega: 7 días
Singapur: 3 días
OCDE: 12 días
España: 28 días  (En España, y según que Ayuntamiento, en la actualidad la apertura en algunos supuestos es inmediata, sujeta a revisión posterior por las autoridades).
Costa Rica: 60 días
Rep. Congo: 161 días

(Datos extraídos de www.doingbusiness.org/rankings)

No se trata de creernos todo a pies juntillas, pero es evidente y todos lo sabemos que aunque por las administraciones se está haciendo un esfuerzo en agilizar los pasos  y simplificar estructuras y sistemas, lo cierto es que es muy, pero que muy difícil, hacer comprender a nuestros dirigentes de la administración que los sistemas no son los apropiados, y que el principio de seguridad no va por encima del de libertad, sino todo lo contrario, garantizando primeramente la libertad, ha de dotarse de todas las medidas necesarias que garanticen ese tráfico dentro de los marcos legales respectivos, pues la Ley ha de ir siempre por detrás del efecto, velando de que no se vulneren otros derechos.
  
Sírvanos a título de ejemplo: ¿Acaso algún Ayuntamiento ha ofrecido la posibilidad de poder solicitar licencia de apertura de negocios con carácter temporal, no anual, sino temporal?    ¿ Es posible pedir y pagar licencias para iniciar negocios con periodos de tiempo cortos, un mes, quince días, una semana, , y porque no para sólo dos o tres días y que sólo se pague por dichos  periodos?

El mercado , esto es , los propietarios acaban admitiéndolo, y los arrendatarios lo demandan, y así se están comenzando a realizar, pero la administración es reacia a ello,  no da el salto,  se apalanca en premisas como “ no es garantizador de los cumplimientos legales”, o  “ todo se hace en beneficio de la sociedad en general “, pero francamente no es esa la verdadera justificación, pues con un poco de esfuerzo se lograría garantizar los mismos derechos, el exacto cumplimiento de las obligaciones, y una mayor alegría comercial; se trata de un anquilosamiento general, habitual en las administraciones, regidas por principios, no de flexibilidad, sino de procedimiento ( lo cual es hasta cierto punto lógico, pues en ello se asienta el criterio de objetividad), a pesar de que , repito, se están haciendo grandes esfuerzos de mentalización y adaptación (próximamente se va a aprobar la constitución de Sociedades Limitadas de Formación Sucesiva, con el fin de no exigir la aportación total del capital social, y de ese modo fomentar la creación de nuevas compañías) lo que ya es un éxito en sí mismo.

Por el contrario, las nuevas tecnologías nos enseñan que es perfectamente posible y con una notable disminución del riesgo económico, la creación de negocios on line, abrir nuevas sendas en el mercado para ampliar el volumen de negocio de las compañías, y lo que es mas importante, generar trabajo a mas profesionales y futuros empresarios creando a su vez una red de relaciones comerciales vigorizadoras del panorama económico.

Hoy, estas nuevas tecnologías logran que sea perfectamente posible introducirse y competir en cualquier parte del mundo, eso si,  se requieren ganas, imaginación, una buena inversión (para que nos vamos a engañar, naturalmente que ese es requisito indispensable)  y eso sí, valentía para innovar, para crear valor añadido, para ofrecer al cliente nuevos y mejores productos, y ser capaz de encontrar un buen nicho de mercado.

¿Están todas las compañías supervivientes preparadas para afrontar ese nuevo reto que se dispone justo frente a ellas?  ¿Queda alguien que aun crea que este panorama, es coyuntural, o acaso es el prólogo de un nuevo sistema que ha de desvirtuar algunos de los principios hasta ahora indisolubles, por otros mucho más eclépticos  o eficientes?  - la financiación a través de las entidades financieras,  las obligadas inversiones en activos inmobiliarios que apalancan a las compañías,-en su lugar por  las compensaciones de créditos por servicios, o los alojamientos mercantiles comunitarios,  por poner un ejemplo-.

Internet y el mundo que gira a su alrededor no son identidades virtuales como hasta ahora se ha pretendido o se ha creído entender, son los verdaderos paradigmas de este presente-futuro, y todo lo que a su alrededor va girando o entra en su órbita se transforma, se modifica de los pies a la cabeza, pues incide no sólo en la forma sino en el fondo o contenido de cada cosa.

Al igual que la imprenta,  la máquina de vapor, o  la electricidad, su creación ha supuesto, y lo seguirá haciendo con mucha mayor rotundidad, una modificación de todos los estándares y formas de conducta, ya sea mercantil o social, no nos quepa la menor duda, pues la criatura esta en su más tierna infancia y no ha hecho sino comenzar a crecer, y cualquier cosa en la que podamos pensar, está en su diana.            


Jose Antonio Seoane Lopez
Letrado, asesor legal sobre Internet y nuevas tecnologías

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