Más de 75.000 nuevas empresas y autónomos (ahora tienen que crearse) se ahorrarán 280 millones de euros cada año en impuestos con la reducción tributaria aprobada en el Consejo de Ministros. El Gobierno aprobó en Febrero un amplio real decreto de medidas de apoyo al emprendedor y estímulo al crecimiento económico. Para mayor conocimiento ver nuestro apartado "Nuestras noticias" donde se encuentra el texto integro del Decreto.

Entre el abanico de medidas de orden social, laboral, tributario y económico, y que fue publicado en el BOE el 23 de Febrero entrando en vigor el día 24, figura un nuevo régimen de tributación reducida para sociedades de nueva creación y autónomos durante los dos primeros ejercicios de actividad con resultado positivo (Lástima, hay países dentro de la UEE, que mantienen esos ratios por mucho más tiempo).

El tipo general de tributación de las sociedades es del 30%. Las empresas con una cifra de negocio menor de 10 millones de euros, tienen una tributación reducida con un tipo de gravamen del 25%, para los primeros 300.000 euros de base imponible y del 30% para el exceso del importe.

(Y por qué no gravamen CERO, para las que tengan cifra de negocio muchísimo menor, si lo importante es que el dinero se traslade de mano en mano, sería suficiente con su efecto multiplicador.)

A partir de ahora, además, las sociedades de nueva creación tributarán a un tipo reducido del 15% para esos primeros 300.000 euros durante los dos primeros ejercicios en que se obtengan resultados positivos. El exceso tributará al 20%, frente al 30% de tipo general de gravamen del impuesto de sociedades, también durante los dos primeros ejercicios positivos.

El Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas ha estimado que el número de beneficiarios potenciales por esta medida superará las 20.000 empresas cada año, siendo el coste para el erario o, desde otro punto de vista el ahorro fiscal para los contribuyentes, de 270 millones de euros al año.  (No señala, sin embargo, lo que recaudará más por el propio movimiento productivo, a través de IVA y otros impuestos)

Autónomos: Por otra parte, otra medida aprobada permite que los autónomos que inicien una actividad económica puedan aplicarse también en el IRPF una reducción del 20% en los rendimientos netos que obtengan durante los dos primeros ejercicios en que obtengan resultados positivos (rendimiento neto positivo). En este caso el número de beneficiarios potenciales es superior a los 55.000 cada año, con un ahorro fiscal de 10 millones de euros al año.

También medidas de fomento del autoempleo en el régimen de autónomos. Los desempleados que decidan establecerse como autónomos podrán beneficiarse de la exención completa en el IRPF de las prestaciones por desempleo cuando el abono de la prestación sea en forma de pago único (hasta ahora estaban exentos solo hasta 15.500 euros). Estima el Gobierno en 21.000 los beneficiarios de esta tercera medida, aunque parte de ellos estarán integrados también en la primera y segunda medida (deciden cobrar el seguro de paro de una sola vez para crear una empresa o instalarse como autónomos).

Las estimaciones realizadas por el Gobierno, no dejan de ser eso, simples estimaciones, faltará ahora saber si la realidad es fiel reflejo de aquellas, y si las medidas llegan en muchos casos tarde , cuando la tierra para la siembra se ha secado en su mayoría, pues se calcula que durante esos últimos meses han cerrado miles de establecimientos y PYMES.  Pero aun con todo,  no es demasiado tarde y no podemos ahora bajar los brazos, sobre todo cuando nuestro Gobierno empieza a valorar, sólo un poquito, que el restablecimiento del tejido productivo no empieza sino por el principio, por el pequeño autónomo, acaso antes empleado en una multinacional, o una PYME extinguida, y que sólo ofreciendo al mercado sus conocimientos, a través de su iniciativa privada, puede salir adelante.

Quedan, de todos modos, varios obstáculos por salvar, como son la cantidad de obstáculos burocráticos que impone la administración para favorecer la apertura de instalaciones y establecimientos en las grandes urbes,  ¿por qué no poder abrir un establecimiento de forma flexible? , o  ¿cómo podremos sobrevivir en este mercado salvaje con las potencias asiáticas, sin una simple ayuda mediante un proteccionismo comercial europeo? (no hay aranceles prácticamente). ¿A quién beneficia dicha situación sino a las propias multinacionales europeas que producen sus productos en Asia para venderlos en nuestra Europa?

Dejemos claro que lo que aprobó el Gobierno no son dádivas, ni ayudas excesivas, sino herramientas necesarias y mínimas para poder salir de esta frustrante situación.  Pero, por el momento,  por algo se empieza...

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